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domingo, 31 de marzo de 2013

Lunes 1 de Abril Movilizate con Capriles Juntos Sin Miedo




Por un gobierno para todos


Por Marino J. González R., 30/03/2013

El 14 de abril decidiremos el tipo de gobierno para los próximos seis años. Será una decisión que deberá tomar en cuenta la gestión del actual gobierno durante estos 14 años, y los efectos concretos que ha tenido en la vida de los venezolanos. Tales resultados son deplorables, especialmente cuando se analizan las restricciones que se han colocado a los ciudadanos. Desde la afectación de derechos políticos, hasta el deterioro de las condiciones de vida en muchos ámbitos.

La pregunta clave es si podemos identificar los rasgos de ese "nuevo" gobierno desde las dos perspectivas, o sea, desde la opción oficialista representada por Nicolás Maduro, y de la opción de Henrique Capriles, candidato de la Unidad. Maduro no puede ofrecer nada diferente a lo que conocemos.

Su selección como líder sustituto tomó en cuenta fundamentalmente sus condiciones para preservar los objetivos del sector gobernante. Nada de creatividad, ni de iniciativas. En la práctica, sin embargo, existen al menos tres limitaciones que agravarán el patrón de gestión que hemos tenido hasta ahora.

En primer lugar, Maduro recibe una herencia que no conoce. Las dimensiones de la estructura internacional y nacional que se labró en los últimos veinte años, son inmanejables para Maduro. No las puede detallar. De tal manera, que es muy difícil que pueda tener ideas para gobernar con lo que sabe.

Necesita tiempo para entender. Y que los asesores tengan conciencia de eso.

Un segundo factor limitante, es que Maduro no tiene vocación probada en la gestión. Es verdad que fue Canciller, pero eso no significa que haya estado expuesto a las rutinas del gobierno. Su foco estaba fuera del país, y ahora tiene que ver hacia dentro. No tiene las herramientas para apreciar los detalles, tampoco tiene experiencia previa en la gestión en otros niveles de gobierno. Y finalmente, Maduro, por las razones anteriores, no tiene los instrumentos para apreciar la profundidad de las crisis que padecemos. Los acontecimientos pueden acelerarse, de hecho se están acelerando, y él no tiene mayor conciencia de ello. Todo lo anterior significa que en un gobierno presidido por Maduro las amenazas a la gobernabilidad estarán a la orden del día.

La opción ante esa perspectiva existe. Es la representada por Henrique Capriles. Las ventajas que tiene están fundamentadas, al menos, en dos grandes fortalezas. Capriles ha ofrecido un gobierno para todos los venezolanos. Eso significa que está consciente de los requisitos de diálogo que se imponen. Debe ser un gobierno de Unidad Nacional. Que sea capaz de congregar voluntades.

La segunda fortaleza es que un gobierno de amplitud tiene por definición más opciones, es más flexible para enfrentar las distintas crisis que padecemos. El 14 de abril tenemos la gran oportunidad de tener un gobierno para todos. Ya sabemos quién lo puede dirigir.

margonza@usb.ve

@marinojgonzalez


¡Quiero!



Por Manuela Alcala, 31/03/2013

Reflexionando sobre los últimos tristes y azarosos catorce años vividos en esta, mi Patria querida, debo decirles que ya casi me olvidé de aquel país hermoso donde nací, estudié, me hice adulta y madre.

Quiero recuperar aquellos años felices cuando todos nos veíamos como hermanos. 

Quiero volver a llamarte "negro" sin que se me acuse de discriminadora.

Quiero poder hablar o escribir lo que yo quiera, cuando yo quiera y donde yo quiera.

Quiero caminar libremente por las calles sin temor a los malandros pero también sin cuidarme de la policía, del Sebin, de la "gloriosa" Guardia Nacional o de algún cubano sapo.

Quiero poder criticar, sugerir o quejarme al gobierno y SER ESCUCHADA Y ATENDIDA, no agredida.

Quiero acudir a votar, como antes, para elegir el candidato de mi agrado, sin temor al fraude, a la mentira, al engaño.

Quiero ir de comprar y conseguir todos los productos que solicito y con variedad de marcas.

Quiero ver reabrir empresas con mucha gente trabajando y con mucha producción.

Quiero un país de libre comercio, de libre inversión. Donde impere la ley de oferta y demanda.

Quiero una Venezuela iluminada como la vi siempre, sin fallas eléctricas.

Quiero un país con servicios públicos de calidad.

Quiero un país con gente educada, sonreída, sin caras de odio, sin resentimientos, con cultura y buenos modales.....como la Venezuela de mi juventud.

Quiero un país con INSTITUCIONES AUTONOMAS, sin presiones gobierneras y que presten servicio al ciudadano.

Quiero un país sin lenguaje prefabricado, sin expresiones grotescas y amenazantes.

Quiero un país donde todos los ciudadanos seamos de primera, en donde un apellido, una firma o una opinión no te excluya automáticamente del disfrute de tus derechos.

Quiero un país donde la JUSTICIA funcione, donde los ciudadanos seamos vistos iguales y juzgados equitativamente.

Quiero un país sin presos políticos, sin perseguidos, sin amenazados, sin exiliados.

Quiero un país donde los niños sean educados, no ideologizados.

Quiero un país donde no se me tilde de disociada, majunche, escuálida, burguesa, apátrida, traidora..y demás epítetos.

Quiero un país sin invasores, sean cubanos, chinos, rusos, bielorrusos, iraníes o cualquier otra nacionalidad.

Quiero recuperar mi hermosa bandera de siete estrellas. Bajo su ondear nací y bajo su ondear quiero morir. ¡NO QUIERO IRME DE MI PAIS!

Quiero un país donde todos nos abracemos, como antes, sin distingo de ideologías políticas y en donde las elecciones eran una fiesta, no una tragedia dolorosa o una guerra.

Quiero un país donde no  se imponga la fuerza, el comunismo, el fascismo, la corrupcion y el tráfico de drogas.

Quiero volver a sentir respeto y admiración por nuestras fuerzas armadas.

En fin....quiero......¡UNA VENEZUELA LIBRE Y DE LOS VENEZOLANOS!......

¡FUERA LA BOTA CUBANA DE MI PATRIA!


Manuela Alcala
@Manuela_Alcala1


Tipos de opositores


Por Francisco Gámez Arcaya, 27/03/2013

Hay de todo en el amplio movimiento opositor venezolano. Por una parte están los desconectados. Son aquellos que piensan que Chávez nunca ha ganado elección alguna. Todas sus victorias han sido el resultado de la manipulación de las máquinas electorales. En ese sector están aquellos que todavía afirman que el elocuente Manuel Rosales le ganó a Chávez en 2006. Son los mismos que aseguran que Capriles ganó el 7 de octubre, pero luego decidió suicidarse, aceptando una derrota que no fue. Ciertamente el CNE no es un árbitro imparcial. Es verdad que el ventajismo oficialista es un tipo de fraude electoral. Es indiscutible que el uso de los recursos públicos, las cadenas y las amenazas merecen enérgica y permanente protesta. Pero negar la existencia del chavismo constituye un estado de ceguera peculiar.

Por otra parte, están los fatalistas. Aquellos que no ven puntos positivos en ningún escenario. Son esos que llegan al extremo de concluir que la ausencia de Chávez favorece más al chavismo que a la oposición. No reconocen a la MUD ni la lucha de Capriles. Lo critican todo. Sus análisis siempre encuentran asidero en la oscuridad. Piensan que las salas situacionales dirigidas por el G2 cubano son infalibles. Estiman que el mal avanza inexorablemente. Son esencialmente apáticos e inactivos.

Existen también los efervescentes. Son los que explotan de entusiasmo en cada campaña y quedan afónicos para el día de las elecciones. Para ellos, toda encuesta adversa es sospechosa. Pero luego caen en un estado catatónico cuando los resultados no corresponden a sus expectativas. Y se desactivan por años. Son aquellos de fáciles ilusiones pero de poca profundidad. Al final, muchos terminan afirmando que no hay solución electoral, nutriendo así el grupo de los desconectados o de los fatalistas.

Finalmente, está el elector político. Es el que vota por la oposición porque quiere un cambio en el país, pero que está consciente que ese cambio debe lucharse no solo el día de las elecciones. Es el que reconoce al chavismo como una fuerza política que no está compuesta solamente por funcionarios públicos obligados, o damnificados chantajeados, o motorizados violentos. Son los que aceptan que el mensaje de Chávez, por muy absurdo que pueda parecer, caló en muchos y que desmontarlo implica trabajo de calle y altas dosis de respeto. Cuando este grupo crezca y los desconectados, los fatalistas y los efervescentes comiencen a andar por ese camino, la acción política opositora será más estable y efectiva.

@GamezArcaya

http://www.eluniversal.com/opinion/130327/tipos-de-opositores

Con Capriles sin temor



Participación Política y Reconstrucción Democrática



Invitación: 
Este martes la ORG FORMA realizara en la "Plaza del Rectorado" de la UNIMET a las 12:00 del medio día, el lanzamiento de una serie de conferencias mensuales que se llevarán a cabo en diferentes universidades.

Esta semana iniciaremos en la Universidad Metropolitana con el Foro: "Participación Política y Reconstrucción Democrática". El papel de los jóvenes en la coyuntura actual.

Invitados: 
Paola Bautista: Vicepresidenta de Forma / Comunicadora Social
Juan Miguel Matheus: Presidente Ejecutivo de Forma / Abogado
Ramón Muchacho: Candidato de la Unidad por la Alcaldía de Chacao / Abogado

Fecha: Martes 2 de abril
Hora: 12m

Lugar: Plaza del Rectorado "UNIMET"

Entrada libre.

Te esperamos

¿Por qué voy a votar el 14A?


Alfredo Yánez Domingo, 31 de marzo de 2013

No vivo en la negación. Desde la madrugada del 4 de febrero de 1992 (o quizá desde antes) se fragua en Venezuela un fraude continuado a la esperanza, a la ilusión, al gentilicio, al futuro.

Formas, estilos, métodos, estrategias; todo eso ha evolucionado. El "por ahora", acompañado de un almuerzo entre militares, devino en una seña exitosa para que se oficializara la anarquía; y de ella su hija predilecta: la impunidad.

Por las vías que fueren, con los protagonistas de turno, todo ha sido parte del mismo sainete: Legitimación y aval. Cohabitación y repliegue; cálculo y apuesta a un futuro falso, supeditado a las obras por omisión de este presente perdido entre debates estériles; en la profanación de la memoria de los muertos; en la manipulación de las necesidades; en el juego macabro con la pobreza y sus desatinos.

El 14 de abril es una fecha más en este templete de barbarie sin fin; en esta aberración de Poder Político disfrazado (cada vez menos) de democracia. Sobran las razones para sucumbir ante la realidad escalofriante del ventajismo, del abuso, del autoritarismo, del amedrentamiento, de la resignación colectiva ante lo que luce inminente.

Sin embargo, mientras tenga la oportunidad de dejar constancia en mi conciencia -y aunque no se crea, en la de los que viven del pillaje, la trampa, el fraude y la mentira- de que no convalido el ultraje a la voluntad de un pueblo; seguiré yendo a votar; seguiré ejerciendo el derecho que me asiste a no dejar de su cuenta a los estafadores, a los tiranos que se valen de la desesperanza aprendida, del miedo, la angustia, el hambre, la mendicidad, la ignorancia adoctrinada.

No tengo dudas, pese a sus intentos y sus resultados, a mí no me harán fraude.

Acción Democrática si es anti imperialista



Pensamiento aberrante


Carlos Raúl Hernández marzo 30, 2013
@carlosraulher

Una de las expresiones más perfectas del pensamiento aberrante es Noam Chomsky. Entre los más brillantes exponentes de la semiología actual, -si no el más- su tesis de la gramática generativa la conocen todos los sociólogos del mundo.

Por el contrario, sus planteamientos políticos, -como los de tiranos que amó- son lugares comunes, disparates de radicalismo extremo, falsedades escandalosas. Discutirlas es un irrespeto a la inteligencia, pero a veces no queda más remedio que pelear en el barro.

No publicó libros con su teoría política, sino colecciones de artículos, entrevistas, declaraciones, discursos en los que no existe una lógica disciplinada y castigada, sino monstruosas simulaciones y errores, iguales desde Stalin a Mao.

Un resumen de esos extravíos conseguimos en su artículo de 2010, Las diez estrategias principales de la manipulación mediática, en el que pretende enjuiciar los medios de comunicación de la sociedad democrática, pero paradójicamente pareciera hablar de Cuba o China.

Después de su esplendor durante los sesenta y setenta, época en que era un mimado del NYT, Chomsky se sumergió en la oscuridad, de la que salió con su apoyo al derrocamiento de las Torres Gemelas de Nueva York tal como “la abuelita” de Plaza de Mayo.

En su reaparición mintió de nuevo, como acostumbra, con el intento de justificar semejante horror con el argumento de que en la operación había muerto un número de personas “similar al del bombardeo de laboratorios en Sudán por el gobierno de Clinton” (sólo murió el conserje del sitio donde se producían armas químicas).

La opinión pública lo había olvidado porque, además de su justificación militante de Mao y Pol Pot, los dos principales genocidas del siglo XX, practicó ambigüedades frente a la negación del Holocausto y llegó a apoyar las acciones de Hitler, al que exculpa a partir de las supuestos crímenes cometidos por los judíos.

La ciudadanía había descubierto que sus opiniones políticas eran banalidad, arrogancia y mentira, que harían imposible cualquier discusión razonable de ellas, exactamente como ocurre con las de cualquiera de esos monstruos que poblaron el siglo XX.

Dice que: … hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un cortocircuito en el análisis racional y, por ende, al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones o inducir comportamientos…

Los líderes totalitarios cuando hablan solo mienten. Así se incrustan en la emocionalidad. Por eso su discurso es redentorista. El totalitarismo de izquierda se basa en “la defensa de los desvalidos”, para producir efervescencia del resentimiento por las más diversas frustraciones. Es el “mito de las clases oprimidas” del marxismo, el anarquismo y las ideologías de esa familia. El totalitarismo de derecha cultiva la ficción de la raza humillada por otras inferiores. El “mito de la sangre”.

Mienten con alevosía y permanentemente, porque conocen que la credulidad es ilimitada a veces. En 1827 un sujeto decía que Napoleón nunca había existido y en la actualidad en California la Sociedad Tierra Plana sostiene que lo de su nombre no es una teoría sino un hecho. El grupo trostkysta neoyorquino conocido como los Marlenistas, aseguraba que la Segunda Guerra Mundial había sido una estrategia de los aliados y la URSS para afincar la explotación del proletariado.

Cuando el cura izquierdista Francois Ponchard, horrorizado por el genocidio de Pol Pot, que exterminó al tercio de la población camboyana, unos dos millones de personas, escribió su famoso libro de denuncia (Camboya, año cero), Chomsky y su ayudante Edgard Herman, dijeron que aquel “juega con las citas y los números, esta sesgado hacia el anticomunismo” y que “si había crímenes en Camboya, eran el equivalente a los que hubo después de la liberación en Francia”.

También que “si no practicar el terror… hace que los campesinos permanezcan como los filipinos, bienvenido sea el terror”.

Superadas tales pesadillas por la Humanidad, hoy sabemos que Camboya, China, la URSS -sobreviven Cuba y Norcorea- han sido los regímenes más espantosos creados por el Hombre, y superados también por él, gracias al impulso del amor a la libertad y la democracia. Los razonamientos de Chomsky, paradójicamente, nos permiten comprender el funcionamiento del totalitarismo que tanto ha defendido.

Tomado de: http://confirmado.com.ve/opinan/pensamiento-aberrante/

EL DÍA EN QUE LAS CORTINAS FUERON RASGADAS


Fernando Mires 29 de marzo de 2013

Las cortinas del templo rasgadas con la muerte de Jesús pertenecen a esos pasajes casi cinematográficos que nos regala la Biblia, escenas apoteósicas como la separación de las aguas en el primer testamento, anuncios apocalípticos que nos anuncian la fragilidad de este mundo frente al peso aplastante de la eternidad. Para sustentar tales afirmaciones debo aclarar quizás que las cortinas rasgadas del templo judío a la hora de la muerte de Jesús no eran cualquier tipo de cortinas. 

No separaban esas cortinas, así lo creía yo antes, a la luz de las tinieblas; ni a la noche del día, como ocurre con las cortinas de nuestras casas. Esas, las del templo (4 centímetros de espesor) separaban el recinto sagrado, es decir, el lugar simbólico de Dios, del lugar de los fieles, los hombres de carne y hueso, quienes acudían a realizar sacrificios, casi siempre matando animales, imaginando tal vez que Dios es un ser sediento de sangre, como tantos humanos lo son. 

Fueron, por así decirlo, las cortinas interiores del templo las que según Mateo (27: 50-51) y Lucas (23:45) aparecieron durante o después de la muerte de Jesús rasgadas de arriba a abajo, o en dos partes (en ese punto los dos sinópticos no están muy de acuerdo). Las del templo -y eso es lo importante- fueron sólo una expresión simbólica material del desgarramiento de los templos interiores, los del alma.

Cuando caen las cortinas, rasgadas o no, termina una división: lo invisible se deja ver, del mismo modo cuando los cuerpos comienzan a desnudarse para iniciar el acto del amor. "Templar" (coger, tirar, follar) dicen los cubanos al amor del cuerpo, sin saber la enormidad que dicen. 

En el caso del templo de Jerusalén, con la muerte de Jesús termina la separación -no tengo otra alternativa de interpretación- entre el recinto de lo sagrado, al que sólo podía visitar el Sumo Sacerdote una vez al año, con el de lo propiamente humano. O mejor dicho, ahí finalizó la separación metafísica del templo eterno con el templo interior.

Jesús, Dios hecho hombre de acuerdo a la seductora poesía de su palabra, rompía con su muerte el pacto metafísico que separaba al Padre del Hijo, o dicho en clave platónica: a lo ascendente de lo descendente. Esa separación había sido guardada con celo y respeto por los griegos y sus inaccesibles templos, y por los judíos a través de las espesas cortinas que separaban al Dios de la Ley de sus fieles. Con Jesús, con su muerte y resurrección, la división entre el humano y el templo -en sentido filosófico: entre el ser y el tiempo- llegaba a su término. Comenzaba para los cristianos una nueva era. Cristo, dice Ratzinger, es el nuevo Adán de la creación.

De ahí en adelante, con las cortinas rasgadas, el tiempo eterno y el tiempo de los mortales no serían más dos tiempos, sino sólo dos formas de ser de un mismo tiempo, el tiempo de Dios (Agustín). La cortina, el velo, el mediador, ya no eran necesarios. 

Con su muerte, Cristo no nos convertía por cierto en dioses, pero abría la posibilidad de ser uno -en -Dios, la celebración de un tú a tú tan intenso que, en el caso de la santidad, de la mística, de la música, de la poesía y del amor (e incluso de la ciencia cuando ésta busca la verdad) puede convertir, aunque sea por momentos, al dos -en -un -uno. 

El pueblo judío había guardado con amor el misterio de Dios detrás de las cortinas de su sagrado templo. Esa es “la deuda impagable” (Marléne Zarader) que la cristiandad ha contraído con su religión madre. Y como toda madre, la religión judía había protegido a sus hijos de una revelación prematura, del mismo modo  como en algunas familias los niños son protegidos de la verdad objetiva, de la sangre que chorrea en la televisión, de la sexualidad dura, de la brutalidad de las calles. 

No obstante, en algún momento hay que rasgar las cortinas y la verdad debe ser sabida, aunque ella sea insoportable. 

Hay  algunos que incluso hemos elegido como profesión la de "rasgadores de cortinas", pagando por supuesto las consecuencias que tan ingrata tarea implica. Hay otros, y en algunos casos hacen bien, cuya tarea es la de tender cortinas siguiendo el objetivo de evitar que la verdad sea revelada antes de tiempo. 

Porque si Jesús dijo que no sólo el templo es un templo sino cada uno de nosotros es un templo, eso significa también que portamos cortinas internas las que en no pocos casos nunca serán rasgadas. 

Los buenos psicoanalistas, cuya profesión posee un sentido religioso que muchos de ellos ignoran, tienen la tarea, a veces muy difícil, de ayudar a sus pacientes (creyentes) a que ellos rasguen sus propias cortinas. Los malos psicoanalistas son los que intentan rasgar ellos mismos las cortinas del paciente (del creyente) violando así la intimidad de cada alma, esos secretos que cada uno tiene el derecho a guardar en lo más íntimo de su ser.

Fue Donald Winicott, uno de los analistas más sensibles de los que se tiene noticia, quien descubrió el sentido protector que juega el "falso yo" en el alma de cada humano. El "falso yo", como si fuera una cortina, tiene, entre otras cosas, la tarea de proteger al "verdadero yo”. Efectivamente; en determinadas ocasiones la locura protege al ser humano de sí mismo, es decir, de su propia, aterrante mortalidad. 

Suele a veces suceder que tarde o temprano las cortinas se rasgan solas o son rasgadas cuando ya no son necesarias y deben ser reemplazadas por nuevas cortinas (sin cortinas la vida sería un infierno, pienso yo). Incluso entre Dios y uno deben existir cortinas pues, como dijo ese lenguasuelta que era Nietzsche, si Dios viera todo lo que uno hace, sería indecente.

Pero la fracción del pueblo judío que seguía al Nazareno ya había rasgado las cortinas del templo interior antes de que ellas aparecieran rasgadas en el templo exterior. Para ellos había llegado el momento anunciado, el de la revelación, el del Cristo. Hay por lo demás otras multitudes que también han rasgado cortinas, y esas cortinas no siempre han sido sagradas. Pienso por ejemplo en la Cortina de Hierro destinada a proteger a los falsos ídolos de la historia, cortina que no solo fue rasgada sino, además, hecha añicos. 

Un mundo sin cortinas no es posible, y sustentar utopía parecida sería una cruel decisión. Nuestros propios sentidos son, al fin y al cabo, las cortinas que nos separan del mundo externo. El cuerpo humano es también una cortina  que cuelga entre "su" realidad y "la otra", la que es real de verdad. No obstante, un mundo con menos cortinas, podría quizás ser posible. Hay quienes han dado incluso la vida por alcanzarlo. No estoy seguro de que hayan tenido siempre la razón.

sábado, 30 de marzo de 2013

Boletín 5, Hacia el 14A, Venezuela Libre

Planilla de contactos

Un año estudiando con el Presidente Nicolás Maduro


Por Fausto Manrique, 19/03/2013

El actual presidente (e) de Venezuela estuvo en Cuba, entre los años 1986-1987, haciendo parte de la Escuela de Formación Política. En La Habana compartió grupo con el huilense Israel Silva Guarnizo, dirigente del sector solidario regional.

Desde 1992, cuando se convirtió en un activista a favor de la liberación del entonces militar golpista Hugo Rafael Chávez Frías, el revolucionario Nicolás Maduro Moros forjó una estrecha amistad con el fallecido mandatario venezolano que, al parecer, se ha mantenido más allá de la tumba.

En esa época también conoció a su actual esposa, la abogada y política Cilia Flores, que en ese tiempo ejercía la defensa de Chávez y que recientemente renunció a su cargo como Procuradora General de la Nación.

Sin embargo, seis años antes de esos sucesos que lo acercaron al poder y a formar su familia, tuvo la oportunidad de hacer parte de la Escuela de Formación Política cubana y en su capital estudió durante un año con otros jóvenes dirigentes de América del Sur, Centroamérica, el Caribe y África.

En ese espacio tuvo la oportunidad de relacionarse con Israel Silva Guarnizo, que por esos tiempos militaba en la Juventud Comunista (Juco) y fue escogido para hacer parte de ese selecto grupo que recibió formación en filosofía marxista, economía política, historia de América Latina, historia de la Revolución Mexicana, entre otras cátedras.
Grupo de estudiantes en una tabacalera en La Habana (Cuba), en el año 1987. Israel Silva (segundo izq.) y Nicolás Maduro (derecha).
“Era una selección que se hacía a los distintos miembros de la organización con el fin de ir a estudiar de manera dedicada entre los años 1986 y 1987, cuando pudimos compartir con distintos jóvenes de las organizaciones políticas de izquierda en América Latina”, recuerda Silva Guarnizo, director ejecutivo de la Asociación de Cooperativas y Empresas Solidarias del Huila (Asocoph).

En el grupo donde estaba este huilense y el ahora Presidente encargado de Venezuela, que era el de América del Sur, también habían representantes de Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay.

Para el dirigente del sector solidario fue una experiencia muy importante desde el punto de vista de tener allí a distintas personas de variadas ideologías que “confluíamos a estudiar de manera académica y de enriquecimiento intelectual porque éramos distintas tendencias de pensamiento las que estábamos representadas en esa oportunidad, en una época en donde la discusión, el debate y la lucha ideológica en el mundo estaba relacionada con dos grandes bloques, el socialista, liderado por la Unión Soviética y Cuba, y el capitalismo en cabeza de Estados Unidos”.

La Liga Socialista

Nicolás Maduro, de Venezuela e integrante del grupo de América del Sur, pertenecía a la Liga Socialista, una organización juvenil del Movimiento al Socialismo. Más adelante, entre 1991 y 1998 se desempeñaría como conductor en el Metro de Caracas, donde llegó a dirigir su sindicato y como tal, fue miembro de la junta directiva de esa empresa pública.
Nicolás Maduro Moros, subido en uno de los mecanismos de tracción animal más comunes para hacer las labores de arado en Cuba.
Su pensamiento se refleja en una de las fotos que conserva Israel Silva en su álbum de recuerdos de esa amplia jornada de estudio latinoamericano. El 23 de octubre de 1986, escribió en el anverso de la imagen: “Una foto para el recuerdo de un espacio de la vida, en que los caminos se cruzaron, en el primer territorio donde la libertad le cagó la cara al imperialismo”. Se refería a su amada Cuba y a la Escuela de Formación Política.

“Obviamente se destacaba mucho, tenía una posición bastante crítica, muy analítico, pero además, también era muy eufórico, como son en buena medida los venezolanos y caribeños. Tengo una buena imagen y una muy buena referencia de sus posiciones ideológicas. Su forma de pensar, a mi manera de ver, era muy radical desde el punto de vista de defender sus ideas”, anota.

Durante ese año no solo compartieron amplias jornadas de estudio, también se encontraron en muchos espacios fuera del aula: las playas en Varadero, conciertos en La Habana y visitas a villas como Sancti Spíritus.

“Esas son anécdotas importantes en la vida de las personas. Yo tuve la fortuna de haber estudiado con él, de haber compartido. Hoy en día él es el Presidente de Venezuela, seguramente aspira a ser reelegido y es satisfactorio haber conocido personas como Nicolás Maduro y hoy encontrarlo en la Presidencia de su país”, dice Silva Guarnizo.

El dirigente huilense se siente orgulloso de haber estudiado con Maduro y de que esté defendiendo sus ideas en un país como Venezuela, que busca cambios sociales y políticos en América Latina.

“Toda esa formación y esa ideología que tuvimos la oportunidad de compartir entre los años 1986 y 1987 creo que todavía no se ha perdido y los que no estamos en esas posiciones tan altas como él, pero que estamos haciendo grandes esfuerzos, también somos motivados a seguir planteando nuevas realidades, formas de pensar que cambien la sociedad”, reflexiona.

Una persona alegre

Maduro Moros es recordado por sus compañeros de estudio en Cuba y en el mundo, no solo por su espeso bigote y su aparente calma, sino porque es una persona muy alegre, pero además, muy solidaria. “Yo debo decir que su alegría era permanente, del típico costeño que se reía, que jugaba y charlábamos. Con nosotros estuvo un venezolano que llegó mucho después que habíamos empezado las clases. Arribó tarde y en unas condiciones económicas difíciles que traía de Venezuela”, asevera.

El dirigente del sector solidario huilense recuerda que tan pronto conocieron las complicadas condiciones económicas del estudiante venezolano, hicieron el ejercicio de apoyarlo y Nicolás Maduro fue muy solidario con él.

“Aunque era joven, notábamos que Maduro tenía ciertas condiciones económicas mejores y le prestó mucha ayuda y colaboración a su compatriota venezolano”, expresa.
Conformaron un grupo con Maduro Moros, Silva Guarnizo, otro venezolano, con ecuatorianos y brasileños, con los que compartían de manera frecuente. Con el paso del tiempo llegaron a conocer y aprender las palabras autóctonas de cada país.

Una de las remembranzas de Silva Guarnizo es un concierto en La Habana en donde escucharon a Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Fito Páez. En esos años había un auge de la música latinoamericana y de la trova cubana.

Desde el término de estudios en Cuba, en 1987, han pasado casi 26 años y nunca tuvieron la oportunidad de hablar nuevamente con ninguno de los integrantes del grupo de América del Sur, de la Escuela de Formación Política. La verdad, considera que por su condición actual será más complicado reunirse.
“Lo que puedo decirle a Nicolás Maduro es que ojalá le vaya muy bien. Que logre seguir encausando toda esa lucha de defensa, de trabajar en función de los sectores más excluidos. Lo que puedo desearle es muchos éxitos, que continúe mejorando las condiciones de los venezolanos”, dice Israel Silva.

Y por último, critica que algunos medios y políticos solo han salido a decir que fue un conductor de bus y que seguramente no será capaz de dirigir el país. “Pero siento que él, política e ideológicamente, tiene muy claro su propósito en el Gobierno de Venezuela. Creo que el haber estado como canciller, luego como vicepresidente y ahora como Presidente encargado, le da todo el bagaje para que pueda gobernar el vecino país”.


Yo también Soy Venezuela, desde Madrid



Bastó con un cartel "Se buscan venezolanos" para que espontáneamente coincidieran en la Plaza del Sol en Madrid, venezolanos de todas partes del país, con el fin de manifestar la alegría, la fe y esperanza por una Venezuela mejor. Una iniciativa sin fronteras, que lo único que necesita es gente de buena voluntad y muchas sonrisas para ponerla en marcha en cualquier lugar del mundo ¿Te unes?

http://www.facebook.com/YoTambienSoyV...
https://twitter.com/YoSoy_Venezuela

Los herederos de la revolución y el espíritu comunal


Por Carlos Romero M., 26/03/2013

Un 20 de octubre del 2012, el entonces Presidente Hugo Chávez, en un Consejo de Ministros, regañaba a sus ministros, diciéndoles que seguían entregando viviendas pero no se veían por ningún lado ni las Comunas, “ni el espíritu de la comuna que es mucho más importante en este momento que la misma comuna, la cultura comunal. [1]

¿Será que yo seguiré clamando en el desierto por cosas como éstas?[2]“, se preguntó Chávez en relación a las Comunas. En esta reunión sugirió eliminar el Ministerio de las Comunas para que todos los ministros se ocuparan de conformar las Comunas y además se dirigió a Nicolás Maduro encomendándole, como le encomendaría su propia vida, el desarrollo de las comunas, del estado social de derecho y de justicia.

Chávez insistió en esa reunión que la autocrítica no era para lanzarla al vacío, era para actuar de inmediato, y en ese sentido le preguntó a Rafael Ramírez sobre la existencia de 20 comunas que en teoría ya debían existir en la Faja del Orinoco.

Inmediatamente después de ese Consejo de Ministros, un artículo en aporrea.org firmado por Atenea Jiménez Lemon expone desde su visión, qué pasaría si Chávez preguntara a otros actores sobre la conformación de las Comunas:

“Sí le pregunta al Ministerio de las Comunas, seguramente le dirán que no se han registrado, que no llenaron un formato en Fundacomunal, que les dé más tiempo para llevarlo a una comuna de verdad, de esas que se arman con una sala de batalla, se monta rápidamente una bloquera “comunal” o una carpintería “comunal”, o tal vez, le dirán que este pueblo es muy irreverente y no quiere construir comunas.

Sí le pregunta a los Gobernadores y Alcaldes, le dirán (con contadísimas excepciones) que no tienen recursos para ejecutar esa “obra” de gobierno, que necesitan recursos, y además le dejarán la pregunta de manera latente ¿eliminará las gobernaciones y alcaldías? Seguramente le explicarán que quienes andan conformando comunas son unos anarcosos, ultraizquierdistas o finalmente el argumento más infalible, son una cuerda de contrarrevolucionarios infiltrados.

Sí le pregunta al Partido Socialista Unido de Venezuela, algunos líderes de la Dirección Nacional dudarán en responder, por desatender ese principio fundamental que debe enaltecer un partido revolucionario “todo militante socialista debe estar integrado de manera orgánica al movimiento popular”, entendiendo a éste en sus diversas expresiones territoriales y/o sectoriales. Otros podrán responder que existen unos colectivos que promueven la comuna y que son autónomos. La mayoría argumentarán que somos una vanguardia, pero la “masa” aun no está preparada para la Comuna.“

Luego de este relato, Jiménez Lemon, expone los esfuerzos que desde las propias comunidades han realizado en función de fortalecer el diseño Comunal, destacando más de 80 experiencias en conformación de Comunas y la creación de la Red Nacional de Comuneros como forma de articular esfuerzos en las comunidades. Por lo tanto Jiménez parece decir que la cultura de las Comuna si ha sido asumida por algunos ciudadanos como un compromiso, pero pone serias dudas, si así lo ha asumido también autoridades y dirigentes políticos del propio oficialismo.

Unos meses después, en el mismo portal web de aporrea.org, otro artículo firmado en esta ocasión por Claudio Domínguez formula una pregunta similar al Gobernador de Anzoátegui[3], quien prometió 25 Comunas en sus primeros 100 días de gestión y el tiempo está pasando sin que se vean las comunas prometidas.

Reinaldo Quijada, firma un artículo en el portal web Diario Vive, en el cual afirma que “Si el movimiento popular, en su conjunto, incluyendo los Consejos Comunales no se proponen conquistar el Poder Político no existirá Estado Comunal, ni espíritu comunal.” En este sentido reconoce desde su experiencia que “en términos generales, las Instituciones Públicas, al igual que nuestros gobiernos regionales y locales, y nuestro principal partido, no confían en los Consejos Comunales, han contribuido a pervertirlos y los han convertido en sus apéndices clientelares.[4]

Quijada sobre las Comunas se pregunta: “¿Cuántas de ellas están ajustadas a las leyes del Poder Popular? ¿Cuántas han elaborado su Carta Comunal y su Carta Fundacional? ¿Cuántas tienen constituidos sus Consejos de Planificación Comunal, y sus Consejos de Economía y de Contraloría? ¿Cuántas convocan periódicamente al Parlamento Comunal? No sabemos, aunque tampoco es lo fundamental. Unas leyes, por sí solas, no generan cultura comunal.[5]

Las respuestas a esas preguntas, así como la ausencia del reglamento a la Ley Orgánica de las Comunas, probablemente conduce a concluir que el proceso de conformación de Comunas se caracteriza por el desorden y la anarquía, como lo destaca Claudio Domínguez en su artículo de aporrea.org, citado previamente, quien además advierte en ese mismo texto que la improvisación en el fortalecimiento del Poder Popular puede llevar a las Comunas por el mismo camino del fracaso que tomaron las cooperativas.

El reconocimiento de un déficit en la cultura comunal en los herederos de la Revolución, la ausencia del liderazgo carismático de Chávez, son dos elementos que llevan a pensar que está muy lejos aún la consolidación del Estado Comunal en Venezuela, además, la realidad social y económica del país, pareciera decirnos que no necesitan de las Comunas para ejercer el control absoluto del Estado, más si necesitan el desorden y anarquía acusada por sus seguidores para evitar que el pueblo soberano pueda organizadamente demandar de manera efectiva sus legítimos derechos políticos.



[2] Idem.
[3] DOMINGUEZ, Claudio. Aristóbulo, qué pasó con las 25 Comunas. Aporrea.org. 13-3-2013. Online en:
[4] Diario Vive. El espíritu de la Comuna. 6 -11-2012. Online en: http://www.dariovive.org/?p=4500
[5] Idem


Carlos Romero M.
@carome31